EL PELIGRO DE AUTOMEDICARSE

La automedicación es la toma de medicamentos por decisión propia sin la supervisión o prescripción de un médico o un farmacéutico. Una costumbre desaconsejable, cada vez más común en la población, y que puede llevarnos a poner en peligro nuestra salud sin ser conscientes de ello.

Si te automedicas puedes estar cometiendo errores en el diagnóstico. Además de esto, utilizar un medicamento frecuentemente o errar con la dosis puede hacer que tu organismo se acostumbre a sus efectos y en el momento de necesidad real no cumplan su cometido. Es importante recordar el caso de los antibióticos, su uso indiscriminado hacen que las bacterias se vuelvan más resistentes a su efecto y cada vez sea más complicado tratar determinadas infecciones.

Del mismo modo, el desconocimiento de los efectos adversos, tanto secundarios como originados por la interacción con otro medicamento y/o alimento, pueden causar reacciones adversas. Hay que tener en cuenta que cada organismo reacciona diferente ante un medicamento y que hay situaciones especiales en las que la medicación que se puede tomar cambia, por ejemplo, en el embarazo.

También hay ciertos medicamentos que por causar dependencia o adicción deben ser vigilados periódicamente por un especialista.

El uso de medicamentos no indicados puede enmascarar la enfermedad real dificultando el diagnóstico apropiado de un profesional y como consecuencia pudiendo derivar en problemas mayores. Los analgésicos son los medicamentos más utilizados para la automedicación; la aspirina, el paracetamol o el ibuprofeno, alivian malestares habituales como el dolor de cabeza o las molestias menstruales, pero muchas veces su toma puede enmascarar un problema de salud grave. El dolor, al igual que la fiebre, se curan rápidamente con la toma de estos medicamentos pero son siempre signos de alerta de que algo no va bien en el organismo. Pongamos el ejemplo de una apendicitis: al principio se presenta con dolor abdominal y fiebre, y si no se aborda rápidamente con cirugía, puede producir serias complicaciones. Enmascarar estos síntomas mediante la automedicación nos hace asumir serios riesgos.

Es necesario concienciarse de los riesgos que implica este mal hábito. La automedicación puede ayudar a solucionar problemas banales de salud pero debe ser tu médico o farmacéutico quien te muestre como hacerlo, informarte acerca de la enfermedad para evitar el sobreuso del medicamento.

Si crees que para paliar tus síntomas necesitas un medicamento pero no ves necesario acudir a tu médico no dudes en preguntar en TU FARMACIA, donde un profesional te aconsejará que medicamento te conviene.

En SOMOS TU FARMACIA podemos recomendarte medicamentos conocidos como EFP (Especialidades Farmacéuticas Publicitarias), que se pueden dispensar sin necesidad de receta médica y que están destinados a aliviar dolencias leves.

Recuerda seguir las instrucciones de tu médico o farmacéutico, leer y guardar el prospecto de los medicamentos que adquieras para estar informado en todo momento, conservar tus prescripciones y asegurarte de la fecha de caducidad del producto.

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